Anna Kozlow, tenía solo 3 días de casada con su nuevo esposo
Boris Adiue, cuando el recibió el llamado para ir a la guerra. Boris se fue a
pelear por el Ejército Rojo, mientras tanto ella esperaría hasta el día de su
regreso, al menos eso pensaron.
En la época en que Boris estuvo fuera de casa, Stalin envío
al exilio a Anna y a su familia a
Siberia, en ese lugar les estaba prohibido cruzar palabras y tener noticias de
su marido. Boris pasó muchos años buscándola y no logro ubicarla. Ambos eran de
un lugar llamado Borovlandia, pero a Anna se le impidió ir a su lugar de
nacimiento, por eso ambos perdieron contacto.
Anna estaba tan angustiada de manera que muchas veces pensó seriamente
en suicidarse. Por eso su madre decidió destruir los recuerdos de la vida que
tuvieron Boris y Anna juntos, sus fotografías de bodas y sus cartas. Con el
tiempo Boris se volvió a casar, también ella al no saber nada de él hizo lo
mismo.
Pasaron los años y ambos perdieron sus cónyuges. Y luego de
60 años de que ambos se habían dado el “sí quiero”, sucedió el milagro. Anna por
fin pudo ir a visitar su ciudad natal Borovlandia. En el momento en que vio a
un hombre mayor en la distancia, se dio cuenta que era Boris, su amado esposo
por quien había sufrido tanto. Boris también cuando se dio cuenta de Anna, corrió
emocionado hacia ella, la alcanzo y abrazo con fuerza como quien no quisiera
soltarla nunca. Él había llegado para presentar sus respetos el lugar de
entierro de sus padres. Entonces muy al estilo de los cuentos de hadas,
tuvieron una segunda boda y vivieron muy felices.
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